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Parasomnia: definición
Las parasomnias, en plural, agrupan los diversos trastornos del sueño. Pueden aparecer al despertar, al conciliar el sueño o durante las distintas fases del sueño. Las parasomnias son numerosas y sus manifestaciones, al igual que sus intensidades, varían de persona a persona. Cada uno tiene sus propias especificidades, que van desde un trastorno aparentemente sencillo, como una pesadilla, hasta un comportamiento peligroso o incluso violento.
Parasomnia y sueño profundo
Las parasomnias se diferencian generalmente según la fase del sueño en la que se producen: sueño profundo o sueño REM. Hay tres trastornos principales entre los que aparecen durante el sueño profundo:
Terrores nocturnos
Si hay una parasomnia infantil, es esta: afecta al 40% de los niños entre 18 meses y 4 años. Los terrores nocturnos, a diferenciar de las pesadillas, suelen ser más impactantes para quienes los rodean que para el niño. Profundamente dormido, el niño puede comenzar a gritar, tener los ojos abiertos, hablar de manera incoherente, inquietarse o forcejear si trata de tocarlo. Después de este episodio, que puede durar 5 minutos, el niño vuelve a la cama tranquilo; cuando se despierta, no tiene ningún recuerdo de lo que pasó.
Este trastorno es hereditario. Puede ser seguido por ataques de sonambulismo después de los 5 años, que generalmente desaparecen en la edad adulta. Es importante no asustar al niño hablándole y resolver cualquier situación que le provoque ansiedad y le moleste durante el día para favorecer un sueño tranquilo.
Somnambulismo
El sonambulismo es una de las parasomnias más conocidas. Afecta al 3% de los adultos, y en los niños suele desaparecer alrededor de la adolescencia. Aquí también intervienen los genes: las predisposiciones genéticas favorecen el sonambulismo en personas estresadas o que han vivido un trauma. Existen varios tipos de sonambulismo: el sonambulismo simple y el sonambulismo de riesgo.
El primero no suele ser peligroso. El individuo realiza gestos simples, como encender las luces, o más complejos, como bajar escaleras, comer o conducir.
El sonambulismo de riesgo es, como su propio nombre indica, más peligroso: la persona puede cometer faltas o incluso delitos. Con convulsiones de mayor frecuencia, las personas con sonambulismo peligroso pueden lesionarse a sí mismas o a otra persona, o incluso tirarse por una ventana.
Despertares confusionales
La excitación confusional tiene muchos nombres: también se le llama inercia del sueño o embriaguez del sueño. Este trastorno se manifiesta como un estado de confusión o comportamiento inapropiado al despertar, a menudo después de un despertar forzado de un sueño profundo. El sujeto puede tener comentarios incoherentes o incluso ser violento. Los episodios suelen ir seguidos de amnesia.
La mayoría de las personas que experimentan despertares confusionales experimentan otros trastornos del sueño. En otros casos, las personas tienen un trastorno mental o han experimentado una excitación confusional como resultado de tomar drogas psicotrópicas. A menudo, el abuso del alcohol y la falta de sueño son la causa.
Parasomnia y sueño rem
Durante el sueño rem, la actividad cerebral es alta: aquí es donde ocurren los sueños más elaborados. El sueño rem también tiene sus propias parasomnias.
Pesadillas
Hay que diferenciarlos de los terrores nocturnos: la persona que tiene una pesadilla la recuerda al despertar, y una sensación de miedo o tristeza puede persistir después de despertar. Volver a dormirse a veces es difícil. Si bien las pesadillas son generalmente leves, pueden ser un signo de angustia profunda.
Las pesadillas son comunes en los niños y luego desaparecen gradualmente en la edad adulta. Pueden ocurrir durante períodos de estrés, en caso de fiebre, gran fatiga o después del consumo de alcohol. Si las pesadillas se multiplican y persisten, especialmente después de la infancia, es necesario acudir a un médico. Las pesadillas dificultan el sueño, lo que en última instancia puede tener consecuencias graves.
Trastornos del comportamiento del sueño rem
Durante el sueño rem, el cuerpo está atónico: los músculos en reposo no reaccionan. Alguien con trastorno de conducta del sueño REM exhibirá una actividad física anormal. En el programa, comportamientos violentos como gritos, intentos de agresión o gestos bruscos, paralelos al sueño que se está gestando en la persona. En este caso, se trata más bien de una parasomnia adulta que afecta especialmente a los hombres mayores de 50 años. La persona reacciona en la vida real como en su sueño, pudiendo ofender a los que le rodean oa sí mismo, a menudo tratando de defenderse de un enemigo onírico.
Este trastorno puede tener varias causas, como la abstinencia o un efecto secundario de un medicamento. Sin embargo, si el trastorno aparece de forma crónica, puede ser una señal de advertencia de un trastorno neurológico. En algunos hombres, este trastorno apareció diez años antes del inicio de una enfermedad degenerativa como el Parkinson.
Parálisis del sueño
Al despertar o al dormirse, la persona consciente se encuentra paralizada, incapaz de moverse o hablar. Esta parálisis suele ir acompañada de alucinaciones hipnagógicas que ponen a la persona en un estado de ansiedad o de gran miedo. Esta experiencia puede durar unos segundos o unos minutos.
Si bien la parálisis del sueño es un síntoma de la narcolepsia, también puede aparecer en personas sanas en momentos de gran estrés o con malos hábitos de sueño.
Explicar el mecanismo de la parálisis suele ser suficiente para calmar la frecuencia de las convulsiones. No presentan un peligro físico, pero pueden afectar la vida de las personas afectadas, debido a la ansiedad que generan las alucinaciones.
Otras parasomnias
Ritmos de quedarse dormido
Podríamos hablar de la parasomnia del bebé, porque son los bebés los que se ven afectados. Este trastorno es fácil de reconocer: durante la noche o al dormirse, el niño se mece repetidamente de adelante hacia atrás o de derecha a izquierda. El riesgo más importante es que se lastime golpeándose la cabeza: las protecciones son necesarias. Para solucionar el problema, suele bastar con poner el colchón directamente en el suelo para evitar que se balancee.
Alucinaciones hipnagógicas
Estas alucinaciones son las que aparecen durante la parálisis del sueño. Pueden ser auditivos o visuales; algunas personas incluso pueden sentirse atrapadas. Viviendo en una pesadilla despierta, la persona ve o siente la presencia de una entidad malvada. Para evitar estas alucinaciones, se debe evitar el exceso de trabajo; también es mejor no dormir boca arriba, una posición propicia para los sueños y las pesadillas.
Enuresis
Es simplemente el acto de mojar la cama en los niños, de forma involuntaria. Considerado un desarrollo normal de la vejiga, otros factores pueden desencadenar este problema, como un trastorno psicológico o fisiológico. Si persiste después de 8 años, se debe requerir una consulta.
Somniloquio
Una forma de sonambulismo vocal, los sonámbulos hablan mientras duermen. Pueden exclamar, hacer una pregunta o discutir, a menudo en respuesta a un sueño. Este trastorno es generalmente inofensivo, aunque puede dar lugar a malentendidos.
Bruxismo
Rechinar los dientes por la noche tiene un nombre: bruxismo. Estas contracciones repetidas de las mandíbulas provocan un ruido desagradable para quienes las rodean, pero no presentan ningún peligro en particular. Para evitar el desgaste de los dientes, existen dispositivos dentales.
Apnea del sueño
Como su nombre indica, la apnea del sueño es cuando deja de respirar durante la noche. Las causas pueden ser variadas: por ejemplo, la falta de tono muscular o la obesidad. La frecuencia de la apnea del sueño en quienes la padecen es muy alta y puede derivar en problemas de salud graves, incluidas enfermedades cardiovasculares. Si sufres de somnolencia durante el día o tu pareja nota ronquidos fuertes o dificultad para respirar por la noche, pide una cita con tu médico.
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Trastornos alimentarios nocturnos
Todavía poco conocidos, los trastornos alimentarios nocturnos generalmente conducen a comer en exceso por la tarde o por la noche. Aparecen en personas con trastornos de la alimentación, como la bulimia, o en aquellas que intentan perder peso. Consulte a un especialista.
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